La verdad que pesa mucho, pobre Consu lo tuvo que llevar en peso un buen rato porque estaba que lloraba.
Aquí yo estoy tratando de alcanzar a Consuelo por una calle pequeña que por cierto se siente bien caminar sobre las hojas secas q caen por el otoño.
QUE PELADO! intenta morder a la tía y además hace burbujas con la saliba, así va creciendo Xavier entre aprender, mimos y llanto. QUÉ GRANDE ERES BEBÉ!
No hay comentarios:
Publicar un comentario